El amor es la primera de las virtudes teologales y ocupa un lugar destacado entre las virtudes. Muchos afirmarían que todas las demás virtudes pueden resumirse en el amor, y el Aquinate afirmó que cualquier otra virtud es falsa si no está motivada por el amor.
El amor es comprometerse con el bien de las personas, los proyectos, las cosas y los principios con la misma intensidad con la que nos comprometemos con nuestro propio bienestar. Es la encarnación de la regla de oro que comparten muchas culturas. El amor incluye la solidaridad hacia el prójimo y los enemigos necesitados. Incluye la amistad y la mayoría de las demás virtudes, como la lealtad, la fidelidad, el valor, la justicia y la compasión. El texto bíblico definitivo sobre el amor (1 Corintios 13) lo describe como algo que incluye las virtudes de la paciencia, la benevolencia, la lealtad, la veracidad, la justicia, la fidelidad, la esperanza y la constancia.
El amor también incluye la benevolencia, descrita como una profunda satisfacción por lo que se tiene, que lleva a alegrarse por lo que tienen los demás y a desear que sus condiciones mejoren aún más. La benevolencia, a su vez, está relacionada con la bondad, la dulzura y el altruismo. En verdad, la virtud del amor es el camino más excelente.
¿Te describe esto? Si es así, bien hecho, eres una persona cariñosa.
Los vicios que se oponen al amor son la envidia, los celos, el orgullo, la maldad, la indiferencia, el egoísmo, la ira y la venganza. El espíritu de competencia, la sospecha de los motivos de los demás, la dureza y el cinismo son también vicios que se oponen al amor.
¿Alguno de ellos te describe? Si es así, y si tu puntuación en el Test de Virtudes fue baja en esta virtud, entonces puedes optar por trabajar la virtud del amor en tu carácter.